Es un tratamiento que utiliza calor para destruir tejidos enfermos como tumores benignos (miomas), malignos o de cáncer, cerrar venas con reflujo (várices), etc. Utiliza técnicas de imagen como ultrasonido, tomografía computarizada o resonancia magnética para ayudar a guiar un electrodo en forma de aguja hacia el tejido que lo requiera. Posteriormente, las corrientes eléctricas de alta frecuencia pasan por el electrodo hacia un cojinete de tierra colocado en el cuerpo, generando calor concentrado alrededor del electrodo.
La ablación por radiofrecuencia es una opción de tratamiento eficaz para los pacientes que podrían tener dificultades durante la cirugía o para aquellos cuyos tumores tienen un diámetro menor o igual a 4 cm.